jueves, 15 de agosto de 2013

Nuevo museo etnológico de Benidorm, l'Hort de Colon

   Este verano se ha inaugurado un museo en Benidorm, el museo etnológico, que ha abierto sus puertas con una exposición fotográfica dedicada al Benidorm de los años 50 y 60. Estas fotografías son de una especial importancia histórica para el municipio, ya que reflejan el momento clave de la creación de la ciudad tal y como la conocemos hoy en día.

    En este artículo de El Mundo puedes ver un breve vídeo donde se explican las fotos.

   No menos interesante es el edificio que acoge a este museo: l'Hort de Colon. Se trata de una casa de finales del siglo XIX, que fue mandada construir en el interior de un huerto por voluntad de Vicente Zaragoza Ortuño, natural del pueblo e importante armador y capitán de transatlánticos. Recordemos de paso que en esa época Benidorm era conocido por ser cuna de algunos de los mejores marineros y capitanes que surcaban los mares al mando de importantes compañías navieras, y que, además, sus pescadores fueron los inventores de la técnica de la almadraba, que pronto se extenderá por otras costas mediterráneas, donde muchas veces los jefes de las faenas (o arraeces) eran hijos de esta localidad. Es, pues, en este contexto histórico donde hay que situar a nuestro edificio.

Arcada en piedra de entrada al edificio, que da al jardín

Interior de la arcada y entrada al museo del Hort de Colon

   Hoy por hoy, en este museo, y además de las fotografías, podemos observar otros objetos de la época, como por ejemplo un baúl del siglo XIX comprado en Nueva York, además de hacernos una idea del modo de vida de los benidormenses decimonónicos.

Interior de la casa-museo del Hort de Colon

   Si estás por Benidorm, no dudes en echarle un vistazo a este lugar inesperado en la urbe de los rascacielos. Y si lo que te gustaría es realizar una visita guíada por la ciudad, ponte en contacto con nosotros.
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sábado, 10 de agosto de 2013

Espacios naturales: Sierra Helada



   Y ¿qué os viene a la cabeza cuando oís hablar de un destino como Benidorm? Mmmmm. Parece ser que la capital española del turismo ofrece playas, una vida nocturna que no termina a la mañana siguiente y todo ello por unos precios más que razonables (he aquí el secreto de su éxito hoy en día). Pero ¿hay algo más?

   Lo hay, lo hay.

En primer plano: campos de glof. Después: Benidorm. Al fondo a la izquierda: Sierra Helada,.

   Aunque la presión antrópica de estas tierras es una de las más altas del país y la transformación del paisaje ha sido muy significativa, todavía podemos apreciar fácilmente el entorno geográfico de este emplazamiento, completamente rodeado de montañas. Son justamente estas las que impiden que los vientos y las nubes provenientes del noroeste penetren en la zona, lo cual tiene como resultado un clima seco con temperaturas muy agradables a lo largo de todo el año. Si sois unos apasionados de la naturaleza, también tenéis aquí lugares interesantes que visitar, como es el caso de la protagonista del post de hoy: Sierra Helada, que divide en dos las bahías de Altea y Benidorm.

Zona de acantilados

   Además, Sierra Helada ha sido declarada por el gobierno valenciano espacio natural protegido, principalmente a causa de sus fondos marinos, generados por las rocas de los acantilados que caen en picado al mar. El punto más elevado es l’alt del governador, a 438 metros sobre el nivel del mar. En la vertiente de precipicios, los amantes de la geografía podrán contemplar un curioso fenómeno natural: las dunas fósiles, formadas hace más de cien mil años. A la sierra podemos acceder o bien a pie desde el final de la playa de Levante, bien en coche desde el mismo lugar y solo hasta cierto punto. Al principio os quedaréis bastante sorprendidos al ver la cantidad de chalets y de torres construidos en este espacio protegido (¿la respuesta? Spain is different)

   Hay varias rutas que podéis seguir.

Plataforma rocosa junto al mar

   Yo voy a hablar aquí de la más sencilla, que es la que nos lleva hasta la Torre de la punta del cavall. El recorrido empieza, como decía, al final de la playa de Levante, donde encontraremos una carretera en cuesta por la que subimos. Si seguimos hacia la derecha, muy pronto (después de un kilómetro, más o menos) nos encontraremos sobre unos pequeños precipicios y enseguida veremos una pequeña cala, La almadraba, donde os podéis refrescar en las aguas turquesas y cristalinas incluso acompañados por pececillos.


   Pero si todavía os parece demasiado pronto para hacer una parada, seguid, y de nuevo encontraréis otra cala, la del Ti Ximo, que era un señor que antiguamente se dedicaba a la extracción de ocre, ayudado por sus borricos, de unas minas cercanas. Estas minas hoy están inactivas, pero son muy visitadas por los aventureros.

   A continuación, no nos quedan más que unos tres kilómetros para llegar a la torre. El camino está asfaltado, pero no veréis coches (aunque sí os cruzaréis con bastante gente paseando al perro o haciendo deporte). Las vistas son magníficas a lo largo de todo el trayecto.   

Deportista

   Finalmente llegamos a la torre, y en medio de esta soledad, en un lugar efervescente como Benidorm, tenemos una sensación más bien extraña.

   La torre en cuestión fue construida en el siglo XVI, cuando había poquísima población en la zona. De hecho, a poca gente le apetecía vivir en un lugar donde un precioso recurso como el agua era más bien escaso, y que además, era frecuentemente atacado por piratas y corsarios. Como recordaréis, eran los tiempos del gran imperio español (donde no se ponía el sol), y la costa mediterránea era uno de los puntos más frágiles y fáciles de atacar. Por eso el rey Felipe II decidió sembrar la costa de una serie de torres vigía que, comunicadas entre ellas, daban la alarma en caso de peligro. Esta es la historia de nuestra torre.

En primer plano a la izquierda: vestigios de la Torre de punta de cavall.

   Afortunadamente, las cosas han cambiado bastante en los últimos tiempos. Hoy, tenemos agua en mayor cantidad (tampoco abunda) y nuestros visitantes llegan a nosotros de manera pacífica y por avión…

   Si necesitáis una guía, no dudéis en poneros en contacto… os llevo, os enseño y os confecciono la ruta.
   cheznousbalades@gmail.com
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domingo, 4 de agosto de 2013

Museo arqueológico provincial de Alicante

Edificio del Marq, antiguo hospital San Juan de Dios


   La arqueología ya no es un tema para especialistas. 

   Si tradicionalmente las visitas a los museos de arqueología habían sido quizás las más difíciles de interesar a un público general, hoy en día eso está cambiando gracias a las nuevas tecnologías y a los avances en museística.
   Un buen ejemplo de esto es el Marq (Museo Arqueológico de Alicante) que obtuvo en 2004 el galardón de “mejor museo europeo del año”, por su innovador método expositivo y cuyo objetivo a día de hoy es convertirse en el “museo del siglo XXI”.
   Que ¿no te dicen nada unas puntas de sílex o una inscripción romana detrás de una vitrina? No pasa nada. Para que puedas imaginar el contexto en el que se usaron los distintos objetos que vemos expuestos, el museo recrea en los muros de sus salas distintas escenas de la vida cotidiana mediante audiovisuales, de manera que podemos ver desde una cacería en la prehistoria hasta a un grupo de romanos en la recogida de la oliva o en el mantenimiento de una piscifactoría.

Vitrina con cerámica íbera

Audiovisual de la sala sobre Prehistoria: un señor cazando

   Además, todo está ambientado para sumergirnos en el mundo del pasado a través de esta particular máquina del tiempo. Lo que quizás más me llamó la atención la primera vez que visité el Marq, recuerdo que fue la luz. Normalmente me suele molestar la manera en que la luz está dispuesta en los museos, ya que es difícil que no refleje en las vitrinas; pero en el Marq entramos en un lugar en semipenumbra, en el mundo del pasado, y lo único que emerge de la oscuridad es lo verdaderamente relevante. Objetos, sonidos, e incluso olores, que nos ayudan a ponernos en situación.

Proyección en la sala dedicada a la Edad Media

   Si eres de los que quieren saber más, en cada sala hay pantallas interactivas en las que podemos consultar, en varios idiomas, los aspectos teóricos de cada civilización que ha pasado por la provincia de Alicante, así como información relativa a los yacimientos excavados o a núcleos de población que fueron y que ya no son.

   Los fondos están organizados en una exposición permanente de cinco salas dedicadas a las diferentes civilizaciones que han ocupado nuestro territorio: prehistoria, íberos, romanos, Edad Media y Edad Modera; y tres más que tienen el objetivo de divulgar la arqueología como disciplina y hacerla comprensible al visitante, que tiene la oportunidad de conocer de primera mano cómo trabaja un arqueólogo en las salas de arqueología subacuática, de campo y urbana. Además, ofrece tres esàcios más para exposiciones temporales, por las que han pasado importantes colecciones de otros museos europeos, y que hasta ahora han tratado una amplia gama de interesantísimos temas: la momificación en el Antiguo Egipto, la industria prehistórica de la sal en Alemania, vestigios de la expansión del imperio romano hacia el norte de Europa...

Sala dedicada a la arqueología de campo

   El mayor mérito del Marq es, sin lugar a dudas, el haber convertido la arqueología en una disciplina amena y accesible al público general, revalorizando y divulgando el patrimonio histórico de la provincia de Alicante.
   Disponen además, de una muy bien trabajada página web que nos da una buena idea no solo de los contenidos del museo, sino también de los distintos proyectos y excavaciones en las que participa esta institución.
cheznousbalades@gmail.com visitas culturales guiadas en las provincias de Alicante y Valencia.
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